Pensando sobre el Lenguaje. Traducir para Entender
En mi vida profesional siempre he combinado la enseñanza y la traducción. Si siempre quise ser profesora, cursando mis estudios superiores descubrí que mi verdadera vocación era el lenguaje y los idiomas: traducir.
Por haber aprendido varias lenguas y por haber ejercido la profesión de traductora durante años, actualmente como profesora me doy cuenta del papel central que la traducción desempeña en la enseñanza de lenguas extranjeras.
Sin duda, cuando aprendemos nuestra lengua materna y empezamos a hablar, esta primera relación con el lenguaje es una traducción. Intentemos recordar: cuando nuestra madre nos indicaba un lugar y pronunciaba unos sonidos desconocidos, ¿qué estaba diciendo? ¿Una interjección? ¿Una palabra? ¿Me estaba llamando por mi nombre? ¿Decía una frase? ¿Me daba una orden o describía un objeto, tal vez un fenómeno? En esa situación, alguien que ni entiende ni habla un idioma no tiene más remedio que traducir y aproximarse al sentido con cierto grado de incertidumbre. Tratemos de imaginar un caso similar en personas adultas: América a la llegada de los españoles en tiempos del Descubrimiento.
Comunicación es traducción.
Así sucede cuando aprendemos una lengua extranjera. Siempre, en algún punto, nos encontramos en el terreno pantanoso de no saber inequívocamente. Nuestra ventaja como adultos es que ya hemos pasado por la experiencia de aprender al menos otra lengua antes, así que podemos comparar. Y además tenemos diccionarios. Como estudiantes de lenguas, nos convertimos en traductores entre idiomas.
El Qi o “Vigor”. La Energía en nuestra Mente para Aprender una Lengua Nueva
Recientemente me han sucedido dos cosas curiosas relacionadas con la enseñanza y la traducción. Además de trabajar habitualmente con el inglés y el francés, conozco otras dos lenguas extranjeras: el portugués y el chino mandarín. A este último pertenece la palabra 气, transliterada a nuestro alfabeto como qi.

Qi es un término científico y filosófico que en las tradiciones de Extremo Oriente designa la energía vital; para su traducción se emplea la palabra “energía” o directamente “chi”, esto último en una especie de acuerdo tácito sobre la imposibilidad de su traducción. Es un concepto ya popular en la cultura occidental por la entrada que ha hecho en ella la medicina tradicional china y las artes marciales. Estos días he recordado de pronto la palabra “vigor”. Lo que los chinos llaman la circulación del qi en el cuerpo humano equivale para mí al “vigor”.
La segunda experiencia curiosa ha sido reconocer uno de los trabajos más difíciles de aprender una lengua extranjera: incorporar una nueva estructura para expresarse. Cuando trato de enseñar la sintaxis a alguien que está aprendiendo inglés, francés, o español, observo cómo la mente se encuentra en una especie de esclerosis temporal que le impide aceptar que las cosas (las ideas que expresamos con oraciones) pueden decirse de otra manera.
Paralelamente percibo que, como resultado del esfuerzo mental de observar la nueva estructura, comparar y comprender, es decir, cuando consigue traducir, el aprendiente activa automáticamente la plasticidad natural y necesaria que existe en su cerebro para aceptar una nueva manera de expresar un sentido. Es como si aprendiendo una lengua extranjera diéramos vigor a nuestras neuronas, pues este ejercicio mental hace que la energía circule con mayor intensidad y eficiencia, propagándose por todo el cerebro y “vigorizándolo”.
Aprendientes en Lucha con las Limitaciones de su Mente. Abriendo Caminos
El alumno creativo es aquel que traza su camino y dirige su aprendizaje decidiendo qué lagunas quiere completar y a qué ritmo quiere avanzar. La fuerza creativa que usa para aprender lo guía y lo empuja igual que un bebé consigue abrirse paso cuando va a nacer. Pero no siempre sabe conducirse de una manera eficiente, o bien puede encontrar problemas por el camino. Al igual que un bebé y su madre necesitan la ayuda de una comadrona, el aprendiente necesita una guía para avanzar sin tropiezos y para salir de los atascos.
Por ejemplo, un alumno tiende a elegir entrenarse en las destrezas que mejor domina; la profesora le advertirá de lo que no puede dejar de ejercitar e incorporar al saber de conjunto. Tal vez una alumna quiera avanzar más rápido de lo que su capacidad o el tiempo le permiten; la profesora deberá mostrar con realismo qué metas pueden alcanzarse según la situación.
O bien alguien desea lograr un conocimiento pero no sabe cómo sistematizar su aprendizaje para adquirirlo; la profesora usará la didáctica para encontrar la herramienta adecuada en cada caso, ya sea un ejercicio, un cuadro teórico, un texto, el ejemplo de un caso real, etc.
La profesora como Guía: Resumen de Intervenciones
| Reto del Alumno | Acción de la Profesora (Guía) |
|---|---|
| Práctica sesgada | Advertir y equilibrar el ejercicio |
| Ritmo irreal | TMostrar realismo y metas alcanzables |
| Falta de método | Usar la didáctica y herramientas adecuadas |
Los aprendientes creativos se abren camino con su esfuerzo mental, su espíritu curioso y muchas dosis de paciencia. No siempre sale tan bien como esperamos, ni tan rápido como nos gustaría. Pero a esos días menos buenos o de desánimo siguen otros en los que el progreso es más que evidente.
Me gusta observar cómo con el paso de las semanas la capacidad cognitiva responde al estímulo de aprendizaje y el saber se asienta en cada persona. Sobre todo me gusta ver cómo, con el paso de las sesiones, la relación profesor-alumno va creando la manera más eficiente de estudiar, por medio de un diálogo y de un continuo pacto del ritmo y del método. Aquí puedes leer más sobre cómo puedo ayudarte a conseguir rendimiento y eficiencia en tu estudio de una lengua extranjera.

“Eu son Mestra, Cal e a túa Maxia?” “Yo soy Maestra, ¿Cuál es tu Magia?”
La foto está tomada en Monforte de Lemos. La magia de enseñar y de compartir el saber forma parte de la vocación. Enseño idiomas desde hace casi veinticinco años en distintas ciudades y países, distintos idiomas y disciplinas, en general a personas adultas pero ahora también a niñas y niños. La constante siempre es la magia.
*Autor de la foto base de la imagen principal: Pablo Méndez





