Decíamos al hablar sobre cómo recuperar un idioma olvidado como adulto que retomar el estudio de una lengua extranjera, a pesar de las dificultades, es como volver a montar en bicicleta después de mucho tiempo: una lengua nunca se olvida.
Has estudiado inglés durante años pero eres incapaz de usarlo para expresarte. Es lo más natural.
Vamos a explicar el por qué y vamos a fijarnos en qué ha podido faltar. Con lo aprendido y un poco más vas a poder hacer los progresos que estás deseando ver en tu inglés.
Una Herramienta Útil y Transformadora
¿Por qué aprender inglés ahora? La dificultad, sumada a la pereza y a la falta de tiempo pueden hacer difícil encontrar una respuesta positiva a esta pregunta.
Estás trabajando y regresan a ti los buenos recuerdos de la etapa del instituto, cuando disfrutabas estudiando inglés y cómo al finalizar tus estudios obligatorios y por falta de una motivación práctica dejaste de hacerlo.
O estás buscando una salida profesional y eres bueno en idiomas, pero no lo suficiente como para lanzarte a un área de actividad donde se requiere un nivel alto de inglés.
Cualquiera de estas dos razones es buena para volver a empezar. Lo más importante es entender que debemos aprovechar el impulso y la motivación para iniciar de nuevo y que no debemos ceder a creencias limitantes como el menor rendimiento en la edad adulta o la falta de pertinencia de nuestro deseo renovado de estudiar más allá de la utilidad práctica de hacerlo.
El inglés puede no ser simplemente algo útil para tu vida sino una herramienta transformadora para tu bienestar y tu proyección personal.
Por qué no Consigues Expresarte a pesar de tus Conocimientos y largos Años de Estudio
En general, aprendemos el inglés de una manera muy pasiva.
Estudiamos su funcionamiento gramatical y memorizamos cierto léxico; con suerte, conseguimos comprender conversaciones y alocuciones y conocer la pronunciación básica.
Escribimos ejercicios de repetición cuyo objetivo es fijar en nuestra mente el recuerdo de las estructuras sintácticas y el orden de los elementos en la frase.
Pero en pocas ocasiones nos vemos sometidos en clase al esfuerzo de activar nuestros conocimientos pasivos.
Cuando llega la hora de expresarnos, somos incapaces de movilizar la información textual que hemos atesorado. Sabemos la teoría, pero nos faltan la práctica y un contexto.
Cómo Estudiar para hacer tu Rendimiento más Eficiente
Cuando doy clase me gusta observar los procesos cognitivos, siempre tan personales en cada alumno.
Descubro de manera cada vez más evidente cómo es el alumno quien decide el ritmo y marca el camino que vamos a recorrer juntos.
Pero sobre todo observo qué cosas pueden ayudarte a avanzar más deprisa.
Hay una serie de mecanismos mentales que al ser activados ahorran mucho trabajo.
Por ejemplo, alguien que prepara un certificado oficial de inglés: conoce bien la gramática, tiene cualidades para entender rápidamente giros, construcciones idiomáticas, sentidos e inferencias, pero en el nivel en el que quiere desempeñarse no puede avanzar si no incorpora mayor cantidad de material lingüístico. ¿Cómo lo hará? Con un método de enseñanza adaptado a cada alumno invento para ti soluciones a este tipo de desafíos
¿Cómo se aprende una lengua? ¿Cómo podemos aumentar el dominio que hacemos de ella?
Donde mejor y más rápido aprendemos una lengua es inmersos en ella: escuchándola y leyéndola en los lugares donde dicha lengua se emplea.
Podemos replicar estas condiciones propias del lugar físico sustituyéndolas por materiales para el estudio.
En el ejemplo mencionado, lo mejor será, primero, propiciar situaciones comunicativas que obliguen a la persona a encontrar estrategias a su alcance para hacerse entender; segundo, habrá que aumentar el caudal semántico para volver su expresión en inglés más rica y precisa.
Es solo un ejemplo de todo lo que podemos hacer para completar el aprendizaje que un día quedó inconcluso.
Qué tipo de Esfuerzo Mental y el uso de la Memoria. La Recompensa
Con el transcurso de los años tal vez hayas podido observar cambios en el funcionamiento de tu memoria y en tu rendimiento intelectual.
Tendemos a asociar la memorización rápida o automática con la infancia y, en comparación, de adultos nos sentimos más lentos y torpes mentalmente. Esto no es ni forzosamente cierto ni significa, en cualquier caso, que una persona adulta no pueda aprender con eficacia.
De hecho, la eficacia de tu estudio ahora puede ser incluso mayor. Lo que cambia es tu forma de aprender.
Para arrancar a estudiar de nuevo, los adultos deben utilizar su capacidad analítica y redescubrir su memoria asociativa.
Algunos ejemplos son el comprender el mecanismo de una estructura gramatical, relacionar los sentidos literales y los figurados o vincular nuestros conocimientos pasivos con la información circundante que existe en lengua extranjera.
En tus años de estudio ha podido faltar precisamente todo eso: las herramientas que usaste de manera inconsciente y muy eficiente para aprender tu idioma materno no fueron movilizadas para tu aprendizaje del inglés.
Y ahora que eres consciente de tu poder mental, puedes recuperarlas para trabajar más rápido y con eficiencia sobre lo aprendido.
Todo esfuerzo bien dirigido recibe su recompensa. Te invito a leer la experiencia de J.
Mi Experiencia como Profesora: ¡nos Cuesta a Todos!
La parte más difícil de estudiar una lengua extranjera es aprender a usarla.
Mi experiencia como profesora me demuestra que todos somos capaces de incorporar información lingüística, y esto con mayor o menor eficacia según el perfil de cada cual; pero independientemente de nuestro perfil, la puesta en práctica de un idioma nos exige a todos el mismo esfuerzo, que es activar la mente y hacerla flexible para que encuentre las soluciones expresivas necesarias en cada situación de comunicación.
Si quieres consultarme cómo hacerlo, no dudes en contactar conmigo.





