J. es un californiano de mente inquieta y espíritu aventurero. Ha fijado su hogar actual en la serena y majestuosa Ribeira Sacra, en Galicia. En este rincón del noroeste de España, famoso por su viticultura en desnivel y sus monasterios ancestrales, J. vive inmerso en una cultura y dos lenguas: la gallega y la española. A pesar de su buen nivel de español, J. siente que ha llegado a una meseta en su aprendizaje, un fenómeno habitual en el recorrido de los estudiantes de lenguas extranjeras. Ahora toma clase de español conmigo, pero ya nos conocíamos de antes. Aquí abajo te cuento más.
J. y el español: Un camino de inmersión y descubrimiento
A J. el español le ha entrado por el corazón. Como una pequeña confidencia, te contaré que sus relaciones sentimentales más importantes han sido con parejas hispanohablantes. J. se expresa correctamente y sin dificultad tanto en conversaciones cotidianas como en otras más complejas. No obstante, desea perfeccionar su acento y ganar soltura.
J. toma mucho gusto en aprender cosas nuevas que incorporar a su ya importante conocimiento de la lengua. Le interesa el funcionamiento de la gramática española y, como ha estudiado lingüística, disfruta observando la estructura del español: desentraña sus reglas y las compara con las de su idioma materno, el inglés, o incluso con el francés, que también domina, y así identifica patrones y analiza excepciones. También la fonética es un campo de interés para él, y de nuevo la comparación entre lenguas le es de gran ayuda.
J. y Ribeira Sacra: Un hogar entre viñedos y monasterios
El amor y el destino han traído a J. hasta este lugar. Conocerás sin duda los atractivos más populares de esta tierra, como son sus vinos, sus preciosos paisajes y su patrimonio artístico. A todo ello se añade el Camino de Invierno, un camino a Santiago de Compostela inaugurado hace unos años y que cruza por la Ribeira Sacra. No es que J. viniera a Galicia a hacer el camino de Santiago, aunque haya terminado haciéndolo desde Monforte de Lemos.
Ribeira Sacra ofrece una vida tranquila, sin el bullicio de la gran ciudad, más directa e intensa, así que J. tiene muchas ocasiones para conversar con la gente de la región y hacer muchos amigos. Y como amigos nos conocemos, después de coincidir en una bonita iniciativa que puso en marcha en Monforte hace dos años: Linguas tecidas, encuentros informales para practicar distintos idiomas, entre ellos el español.
J. y sus clases de español en Monforte de Lemos: Para salir de la meseta
Nuestra clase de español en Monforte de Lemos tiene como objetivo salir de la “meseta” a la que J. siente haber llegado. Partiendo de su buen nivel, identificamos las dificultades y buscamos estrategias útiles para ganar complejidad en la comunicación funcional y alcanzar una mayor naturalidad.
Una de nuestras principales herramientas es la lectura de textos sobre temas de su interés. El vocabulario es accesible, también las ideas. Observamos las estructuras más complejas gramaticalmente, y charlamos sobre ideas y conceptos sobre los que tiene cosas que decir, y así su aprendizaje resulta más significativo. En estos intercambios, J. debe poner a prueba su fluidez y su capacidad para articular pensamientos abstractos en español. Con la lectura en voz alta, la música y la poesía trabajamos la parte fonética.
Combinamos estas herramientas con material del examen DELE nivel B2. Aunque J. no tiene planes inmediatos de presentarse al examen, el formato estructurado y los requisitos específicos de este nivel nos ofrecen un marco para identificar áreas de mejora y consolidar conocimientos gramaticales y léxicos. El nivel de exigencia fluctúa de clase en clase y de material a material, para trabajar en una dinámica de esfuerzo-descanso que estimule su aprendizaje.
Testimonio de J. que Supera su Estancamiento con el Español en Monforte de Lemos
¿Cuál es tu experiencia con la lengua española viviendo el español en contexto?
«Mi experiencia con el español y vivir inmerso en el idioma ha sido muy beneficiosa. Siempre me gustó aprender sobre lingüística y lenguas en la universidad, pero nunca sentí que tenía la motivación para estudiarlas por mi cuenta y fuera de contexto. Vivir en el extranjero, en otros países y ahora en España, me permite rodearme de input: interacciones diarias, escuchar a los demás, señales en la calle, medios de comunicación, etc. Siento que es la única manera que funciona para mí.»
¿Cómo era tu español antes de empezar clases en Monforte conmigo?
«Sentía que tenía un nivel decente de español antes de nuestras clases, pero me faltaba algo de confianza de cuánto había aprendido realmente, a pesar de recibir elogios de otras personas. Como trabajo en inglés y tengo algunas amistades con personas anglohablantes, siento que mi progreso ha sido más lento de lo que me habría gustado. Trabajar contigo me ha dado más confianza y también una forma de evaluar lo que sí puedo hacer y lo que todavía me cuesta en español.»
¿Qué sientes que debes mejorar? ¿Cuál te parece la mejor manera?
«Creo que me falta aún aprender con confianza los tiempos verbales complejos, usándolos en contextos tanto con amigos como leyendo libros. Me gustaría trabajar más en la escritura, que es algo que no practico mucho salvo algunos mensajes en WhatsApp. También desde hace un año soy más consciente de que mi mente quiere expresar algo más rápido que mi lengua, entonces quiero volver a los fundamentos con buena pronunciación de las vocales. Creo que nuestras clases han sido realmente increíbles ya que podemos hablar de las cosas que nos interesan y no necesariamente utilizar materiales aburridos como si yo fuera un principiante sin mucho vocabulario o contexto cultural.»
¿Qué es lo que más te gusta de vivir en España? ¿Y en Ribeira Sacra?
«Prefiero el ritmo de vida aquí, donde el bienestar personal y comunitario tienen un mayor valor, y la posibilidad de aprender otros dos idiomas en comparación con los Estados Unidos. España es bastante diversa y he disfrutado conociendo el país y en especial la zona de la Ribeira Sacra en Galicia. Siento que estoy más cerca de la naturaleza, fuera del ruido de ciudades enormes. Poder expresarme, hacer amistades, seguir aprendiendo algo nuevo cada día y vivir mi vida en otro idioma también es muy gratificante.»